¿SI o NO?
Alguna vez en la vida, ¿quién no ha dicho si o no
sin quererlo realmente? ¿nos hemos preguntado por qué? Y si lo hemos hecho,
¿hemos sido honestos con nosotros mismos en esa respuesta? ¿hipocresía,
debilidad, falta de asertividad, de seguridad, de autoestima, respuesta
adaptativa? Todas son respuestas probables.
Cómo funciona este mecanismo interno, casi reflejo en ocasiones, por el que algunas personas sistemáticamente no saben negarse, o lo hacen de forma predeterminada, ante una demanda?
Es complejo.
Algunas razones por las que nos resulta difícil
decir NO:
Por
miedo al rechazo: Queremos, necesitamos la aprobación y
reconocimiento de los demás. Puede implicar falta de seguridad, dependencia o
simplemente necesidad de participar en un proyecto común al grupo. De esta
forma no se conseguirá la integración real, el grupo manipulará y considerará
como debilidad la falta de resolución
Por no
herir a los demás: Relacionado con le sentimiento de culpa. Cedemos
en algo que no deseamos, con lo que no estamos de acuerdo por no hacer daño.
Pero hemos sido deshonestos, y esto también es una forma de engaño, de
infringir dolor.
Por
falta de autoestima: Aceptamos las propuestas, deseos o razones de los
demás dando por sentado que son más importantes, lógicas o necesarias que las
nuestras. Esta decisión seguirá alimentando el autoconcepto pobre.
Por evitar el conflicto, la
discusión, el problema: Podemos ceder por no enfrentarnos a la autoridad, por no querer
sufrir la violencia, una pérdida. Comprobaremos que ceder de forma sistemática
por estas razones no es reforzante ni satisfactorio.
Podemos
concluir en que no sólo es no saber decir “no”, sino que después hay que
afrontar las consecuencias como sentirnos mal, sufrir un engaño, hacer cosas
que no deseamos, sentirnos débiles.
En
educación decir “no” es fundamental para poner el límite, crear el hábito o
educar en cualquier aprendizaje. Decir “no” es complejo porque es más difícil
que ceder, más cómodo, menos conflictivo a corto plazo; pero es altamente
irresponsable por el flaco favor que se le hace a la persona que se está
educando y porque después todos esos “no” no dichos se vuelven contra el
educador.
Antes
de decir “no” hazte algunas reflexiones:
-
Toma el tiempo necesario y determina si es lo que realmente deseas, es pertinente
o conviene en esa situación; y cuando lo hagas persevera en la decisión.
-
Se educado, honesto y no hiriente. Manifiesta empatía.
-
Plantéate si es posible un término medio, algún tipo de negociación o
alternativa
-
Nunca actúes por egoísmo, comodidad, autoengaño, hipocresía o mala fe.
Mira que bien lo hace este bebé:
PERO:
Este será el tema del nuevo post...
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