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Inteligencia es capacidad de adaptación: Este blog nació como un trabajo de facultad, trascendió como un espacio de reflexión en Educación Social y en este momento espero tenga una nueva función: Ser un punto de encuentro e intercambio entre maestros. Su transformación refleja la mía misma...
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domingo, 2 de diciembre de 2012

Ya estamos con lo de siempre…, siempre los mismos… ¿hasta cuándo? ¿hasta dónde?
 
 
El sistema tradicional de políticas sociales es ineficaz. Se basa en una política asistencialista que lleva implícita la noción de pobreza y desigualdad, dirigida esencialmente a necesidades materiales, e interviene básicamente en paliar las carencias.
La consecuencia es la creación de sujetos dependientes, no autónomos: Una ciudadanía asistida.

Las políticas sociales deben orientarse a la creación de una ciudadanía emancipada, educada, libre. Para ello es preciso considerar los múltiples y complejos factores que configuran los fenómenos de exclusión e incidir sobre todo desde la educación e igualdad de oportunidades.

Los excluidos lo son “en” la sociedad y no “de” de la sociedad, ya que no se encuentran fuera de ella, sino que forma parte de su estructura. Las dinámicas de exclusión social forman parte de la sociedad y la solución pasa no por proporcionar asistencia (no sólo, no definitivamente, no como SOLUCION al problema), sino por transformar las estructuras y principios de organización social. Esta transformación exige un proyecto educativo centrado en la emancipación como eje para la construcción de una ciudadanía libre, autónoma, en definitiva activa y democrática.

Como colofón que remata el fracaso del sistema asistencialista, revienta la fórmula del “estado del bienestar” como consecuencia de la crisis económica y financiera. De forma que los demandantes de ayuda se multiplican de forma inversamente proporcional a la que lo hacen los recursos disponibles. Nos encontramos así, con una nueva ciudadanía necesitada de los recursos asistenciales básicos, por debajo del umbral de la pobreza. En este momento no sólo no se puede dar una ciudadanía emancipada y educada, sino la asistencia básica para mantener la dignidad personal.

Participar significa “ser parte de”,  pertenecer, sentirse miembro y parte de una comunidad; significa además “tener parte”, es decir tener acceso a los recursos.

Y una vez más los más vulnerables vuelven a ser los más desprotegidos, no es demagogia, es la realidad presente, pasada y mucho me temo que futura…