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Inteligencia es capacidad de adaptación: Este blog nació como un trabajo de facultad, trascendió como un espacio de reflexión en Educación Social y en este momento espero tenga una nueva función: Ser un punto de encuentro e intercambio entre maestros. Su transformación refleja la mía misma...
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domingo, 17 de junio de 2012

La dependencia
La dependencia es dura de sufrir, a veces de reconocer, frecuentemente difícil de asumir, tanto para el que la padece como para el que debe paliarla o asistirla.
Puede ser un ejercicio de humildad, de generosidad, de reflexión, de gratitud, de amor, incluso de cambio de actitudes y valores en el propio planteamiento de vida.
Hemos de tender a la autonomía plena PERO también hemos de aprender a extender la generosidad tanto a la aceptación de ayuda como al ofrecimiento de la misma, sea cual sea su naturaleza. Seremos educadores pero sobre todo y ante todo somos personas.

Según el Libro Blanco de la Dependencia elaborado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, el Consejo de Europa la define como "la necesidad de ayuda o asistencia importante para las actividades de la vida cotidiana", o, más concretamente, como "un estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de modo particular, los referentes al cuidado personal".

¿Qué tipos de dependencia existen?


- Dependencia física: Pérdida del control de sus funciones corporales y de su interacción con los elementos físicos del ambiente. Las causas pueden ser múltiples como envejecimiento, enfermedad, lesión, puede ser temporal o permanente y afectar en muy diverso grado a la autonomía de la persona.
La incapacidad física cala profundamente en el ánimo del dependiente, mina su autoestima, puede sentir amenazada su dignidad personal, percibirse como una carga para los cuidadores y llevar a trastornos psicológicos como consecuencia de la pérdida de autonomía y del libre albedrío y actuación.

- Dependencia económica: Tiene lugar cuando una persona pasa de ser un miembro "activo" económica y laboralmente, a formar parte de la población "inactiva", "pasiva" o "dependiente". El trabajo remunerado es la forma principal de la independencia económica, cumpliendo no sólo fines sociales como actividad productiva, sino personales en cuanto al desarrollo, promoción personal, autonomía y autoestima.


- Dependencia social: Es la que manifiestan las personas que precisan constantemente de otras, puede ir asociada a la pérdida de personas y relaciones significativas para el individuo, pero también ser un rasgo de la personalidad que debilita, como todas las demás, la autonomía, la vida interior, el disfrute de la“soledad” con uno mismo.




- Dependencia mental o cognitiva: Tienen lugar cuando el individuo pierde su capacidad para resolver sus problemas y tomar decisiones propias. Suele ir ligada a deficiencias cognitivas, adicciones a sustancias o actividades de cualquier índole que incapacitan y condicionan para la toma de decisiones y comportamientos libres, autónomos y responsables.



 
- Dependencia emocional: Vamos a ver algunas características que comparten las personas con dependencia emocional:
 Baja autoestima. La autoestima es la valoración que hacemos sobre nosotros mismos. Se forma con las experiencias que tenemos a lo largo de la vida. Un concepto muy ligado a la autoestima es el autoconcepto, que es la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos. La autoestima es, por tanto, una valoración del autoconcepto. Las personas emocionalmente dependientes tienen una baja autoestima.

Necesidad excesiva de aprobación. Muchas personas sienten la necesidad de ser aprobados constantemente por los demás y si esto no ocurre lo perciben como algo negativo. Si los demás aprueban sus conductas y pensamientos se sentirán bien, pero si no lo hacen, lo percibirán como algo muy negativo.

Miedo al abandono. Muy relacionado con los conceptos anteriores. Las personas con miedo al abandono creen que si los demás deciden terminar con las relaciones (amistad, pareja, etc.) no encontrarán a nadie que pueda sustituirlos. Perciben el abandono como algo amenazante, angustioso.

Anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias. Estas personas no expresan opiniones personales contrarias al resto, ni reclaman o exigen sus derechos. Simplemente se dejan guiar por lo que creen que se espera de ellos para poder conseguir el cariño que tanto necesitan. Asimismo, hacen todo lo que su pareja o la persona de la que dependen, les pida. Creen que estar de acuerdo con los demás les otorga valor, y serán merecedores de su cariño o amistad.



Todas sus formas formarán parte de nuestra actividad como educadores sociales y quizá también como simples seres humanos, vulnerables a circunstancias complejas a lo largo de nuestra vida.

¿Sabremos combinar el ofrecimiento con la aceptación de ayuda?


Quisiera poder responder que si…