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Inteligencia es capacidad de adaptación: Este blog nació como un trabajo de facultad, trascendió como un espacio de reflexión en Educación Social y en este momento espero tenga una nueva función: Ser un punto de encuentro e intercambio entre maestros. Su transformación refleja la mía misma...
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jueves, 3 de enero de 2013

¿Hacia dónde va la educación?


Háblame y lo olvidaré, enséñame y lo recordaré, involúcrame y lo aprenderé.
 

Etimológicamente el término educación proviene del latín educare, que quiere decir criar, alimentar, nutrir y exducere que significa llevar a, sacar afuera.
No es casualidad que comience por el significado etimológico, porque tras muchos siglos de historia y desde una amplia concepción, sigue implicando a la crianza y supone extraer, sacar a la luz todo el potencial de un individuo.
Para Platón la educación es un proceso de perfeccionamiento y embellecimiento del cuerpo y el alma con tres directrices claras:

-          La formación del ciudadano

-          La formación del hombre virtuoso

-          La preparación para una profesión

¿Acaso han perdido vigencia, con todos los matices que pudiéramos señalar, las reflexiones de un filósofo 400 años adC?

Pensadores, reformadores sociales, pedagogos desde muy diferentes orientaciones, y marcados por los acontecimientos históricos, políticos y sociales de las épocas, han puesto de manifiesto la importancia de la educación, para el individuo y la sociedad en su conjunto.

La Declaración Universal de los derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, en su artículo 26 reconoce explícitamente el derecho a la educación gratuita en los niveles de enseñanza básica, la gratuidad y la igualdad de acceso a todos los restantes niveles.

La reflexión debe extenderse más allá del citado artículo porque el incumplimiento de este derecho vulnera otros muchos como la no discriminación (art. 2), la libertad (art. 3), el no sometimiento a esclavitud o servidumbre (art. 4), la libertad de pensamiento (art. 18), la participación en el gobierno del país (art. 21), el derecho al trabajo (art. 23), el nivel de vida adecuado (art. 25), la participación en la vida cultural de la comunidad (art. 27) o el cumplimiento de deberes respecto a la comunidad (art. 29).

No es en vano pues, considerar la educación como un pilar básico para el desarrollo, la dignidad personal así como la equidad, el progreso y bienestar social.

La educación nos hace responsables, competentes, pero sobre todo nos hace libres. Así pues, las carencias formativas amenazan todos los cimientos de la sociedad presente pero sobre todo futura.

Es una de las más poderosas armas sociales y políticas, que en estos momentos se tambalea ante un escenario de razones complejas, equívocas, interesadas, ideológicamente erróneas.

Como en tantos otros órdenes de la vida, lo urgente no deja tiempo a lo importante… pero en este tema confluyen ambas cosas: La educación pide a gritos con voz silenciosa medidas y además es trascendental el impulso para el ejercicio de este derecho.

¿Hacia dónde va la educación?